Biodanza

Biodanza es una herramienta que potencia el desarrollo humano, trascendiendo cualquier explicación intelectual, porque trabaja a nivel emocional y vivencial, allí donde las palabras no alcanzan para describir este proceso.
La música, el grupo y los ejercicios que se realizan en Biodanza estimulan directamente en el cerebro a la región Límbico-hipotalámica, sede de las emociones, activando la reparación celular y regulando globalmente las funciones biológicas.
Su creador, Rolando Toro Araneda, para formular su teoría, se basó en el nuevo paradigma científico, “el Principio Biocéntrico” formulado en 1970: Ciencia humana que tiene como objetivo “Centrar todos los fines de la cultura en la vida”, superando asi el modelo antropocéntrico.
La Educación Biocéntrica Considera que la formación intelectual y tecnológica son muy importantes, pero si no se realiza la integración afectiva, ellas conducen a la pérdida de sentido, vanalidad y violencia. La prioridad es el desarrollo de pautas internas para vivir.
Para ello es indispensable estimular básicamente los potenciales genéticos que constituyen la estructura básica de la identidad.
La metodología se orienta principalmente hacia la conexión con la vida, hacia el reestablecimiento de las funciones originarias de la vida. A partir del Principio Biocéntrico, la educación deberá cultivar las funciones que permiten la evolución afectiva de los seres humanos a través de la música y las situaciones de encuentro en grupo.
Propone un acceso a la naturaleza, a la tierra, a las plantas a los animales, al canto y a la danza, a la preparación de alimentos, al cuidado del medio ambiente y sobre todo al aprendizaje de nuevas formas de convivencia, no competitivas sino empáticas.
La Educación Biocéntrica usa como mediación el sistema de Biodanza, abordaje que incluye la vivencia, sensibilidad cenestésica y afectividad a través del movimiento corporal, la música y el grupo. La vivencia tienen un poder reorganizador, Es el instante vivido “aquí y ahora”. Constituye la originaria expresión de nosotros mismos, anterior a toda elaboración simbólica o racional, produciendo bienestar, mejorando la calidad de vida y promoviendo la salud integral. Representa una disciplina liberadora para cada individuo porque permite rescatar las fuerzas originarias del instinto, sin perder la capacidad de adaptación y de control consciente.
De este modo, Biodanza y la Educación Biocéntrica representan una pedagogía del encuentro humano; pedagogía como una forma de re-aprendizaje desde un modelo que trabaja incluyendo la afectividad, mejorando nuestra calidad de vida, desde un lugar de salud, desde una mirada de calificación y afectividad.

Este es nuestro modelo, pero es necesario pasar por él, desde la experiencia concreta, pues no es desde lo racional donde se comprende lo afectivo… pasar por ello es una experiencia gratificante, imposible describir con palabras…